Rodríguez a socialcristianos:

Muchos dirigentes socialcristianos le han escrito al Ex Presidente Rodríguez protestando por su reacción (ver aquí) ante la petición del Partido Unidad Social Cristiana para que se reincorpore a la actividad política (como se puede apreciar en la carta del Dr. Carlos E. Aburto, de San Carlos, que reproducimos a título de muestra). El ex mandatario y Ex Secretario General de la OEA les ha brindado la explicación que se transcribe después de la misiva mencionada.

 

Estimado Don Miguel Angel: Leí recientemente su carta ante la reacción del PUSC de tratar de reintegrarlo a sus filas nuevamente y su reacción ante ello.

Si bien es cierto, la reacción del partido fue sumamente negativa, recuerde que estaba de por medio la injerencia del extinto presidente Pacheco.

El PUSC somos todos.... No los que pidieron que se fuera del partido o lo hayan separado de él... Todos los que con cariño llevamos la bandera rojiazul cada cuatro años... Si bien es cierto hay otros asuntos que ahora atañen, de mayor trascendencia e importancia, y los cuales estoy seguro se resolverán a su favor, sería bueno retroceder un poco y pensar precisamente en ese montón de socialcristianos que creímos y creemos en Usted y pensamos que sería sumamente positivo su regreso a las filas del partido...

No olvide que fue Presidente de la República, y que esa presidencia se debe a los que creímos y votamos por Usted, y que pensamos que sin líderes, la Unidad estará liquidada para siempre... Maderas de líder? No se vislumbran a corto plazo...

Sería interesante reconsiderar su posibilidad de incorporarse nuevamente a nuestro partido tan querido...

Un abrazo a la distancia y nuestros mejores deseos para Ud y su familia.

Carlos y Yensy

Carlos E. Aburto C.
Médico Otorrinolaringólogo
San Carlos - Ciudad Quesada

Tengo enorme cariño y gratitud por todos los socialcristianos

Mucho le agradezco su interés por mi participación en nuestro querido Partido Unidad Social Cristiana.

Permítame en primer lugar reiterarle que tengo enorme cariño y gratitud por todos los socialcristianos. A la par de muchísimas mujeres y hombres, agricultores y académicos, jóvenes y mayores, contribuí a formar ese querido partido y vengo colaborando en sus filas desde la convención de 1956 cuando se eligió candidato a la Presidencia de la República el querido Mario Echandi.

Mucho menos puedo achacar a los partidarios las indebidas acciones que en mi contra tomó la dirección del partido en el año 2004 y que ahora se corrigen. No lo puedo hacer de ninguna manera pues miles y miles de compañeros de partido me han manifestado su afecto y solidaridad, su amistad y su dolor en estos años de tribulación y sufrimiento.

Ni siquiera para las personas que tomaron las decisiones guardo rencor, pues estoy convencido que ese sentimiento nada construye, y son personas a quienes por otras acciones suyas de apoyo a mi gobierno debo gratitud, y para algunas de las cuales mucho contribuí a su ascenso político.

Entiendo y respeto que otras personas puedan pensar y actuar de manera diferente. Pero en mi caso me siento obligado a primero limpiar mi nombre indebidamente mancillado por alguna persona débil que buscó protegerse poniéndome de mampara, algunos políticos que han querido surgir a mi costa, algunos medios de comunicación y el Fiscal General. Por eso debo dedicar todos mis esfuerzos a la defensa frente a esta investigación, que algunos quisieran interminable y en la cual, aunque parezca paradójico en un país que solía poder preciarse de su respeto a las leyes, el Estado de Derecho y los derechos humanos, he tenido que luchar para que la Fiscalía no pueda seguir retrasando el proceso y para que haya un juicio justo.

Creo que de este modo impido posibles ataques contra el partido que tanto quiero, y les evito problemas a mis amigas y amigos socialcristianos. Siendo consciente de que esto representa el sacrificio de un derecho legítimo a participar en los temas de interés público nacional, es por mi aprecio a los socialcristianos de base y a los leales dirigentes de todo el país, así como para luchar por rescatar el Estado de Derecho, que procedo de esta manera.

Cordialmente,

Miguel Ángel Rodríguez E.