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Categoría: Noticias Recientes

Reproducimos a continuación el artículo publicado por el periodista Luis Fernando Salazar en la edición del 12 de marzo de 2016 en el Diario Extra.

Luis Fernando Salazar*

Texto publicadoTreinta y cuatro diputados de ocho fracciones políticas de la Asamblea Legislativa, se manifestaron contundentemente contra los procesos penales interminables, debido a que nuestra legislación no establece límites como en otros países, donde el Ministerio Público tiene de seis meses a un año como máximo para presentar pruebas, es decir no le es permitido hacer una investigación sin límite de tiempo como ocurre aquí. Tampoco existe en nuestra aplicación de justicia límites en cuanto a la cantidad de recursos de apelación como lo externa la preocupación de los señores diputados y de lo que ha sido víctima una y otra vez el expresidente Rodríguez por más de doce años, a pesar de haber sido declarado inocente ya en dos oportunidades.

Si bien, la Fiscalía puede aducir que nuestra legislación no le establece límites en estos casos, la ética y la honestidad profesional de sus fiscales deberían de hacerlo, porque su función primaria es hacer justicia, no meter a los ciudadanos a la cárcel. Asesinar civilmente a una persona y torturarla por varios años como ha ocurrido con el expresidente Rodríguez, como le pasó a don Rolando Fonseca, al señor Pascal de Limón que estuvo en la cárcel y hoy está en libertad etc., nos dan una radiografía de un Ministerio Público totalmente deshumanizado y divorciado en grado extremo de la objetividad que debe ser consustancial en el manejo de sus casos, esta tenebrosa actitud le hace un inmenso daño a la credibilidad de nuestra justicia. Por ello, me solidarizo con los 34 diputados preocupados por los abusos de la Fiscalía, donde el Dr. Rodríguez después de doce años sigue esperando una justicia pronta y objetiva. 

Todo este daño a la credibilidad del Ministerio Público se inició en la gestión del exfiscal general Dall’Anese, quien dentro de su borrachera anticorrupción violentó la ley, violó la Constitución y desobedeció la orden de una jueza de la República que ordenó no detener al secretario general de la OEA y expresidente de la República Dr. Miguel Ángel Rodríguez, y sin embargo lo hizo. En este manejo abusivo de la justicia, también participó el gobierno de Abel Pacheco, que con la complicidad de algunos medios de comunicación que hicieron un periodismo infame, ocultaron las atrocidades del fiscal general y de ese gobierno, convirtiendo dicho proceso en una vergüenza para nuestra justicia. 

En todo este asunto de ICE- Alcatel, es absolutamente imposible no referirse al tema del trato privilegiado que, el fiscal general de ese entonces Dall’Anese, le dio a su testigo principal, designándolo como TESTIGO DE LA CORONA con todos los beneficios que ello conlleva. Este personaje que debió ser enjuiciado como el principal sospechoso, pues en SUS CUENTAS BANCARIAS, NO, en las de don Miguel Ángel, se encontraron casi tres millones de dólares. Esto a la Fiscalía le importó un carajo y se hizo de la vista gorda. Bueno, ese es el testigo de la corona, que usó para hacer SU justicia Dall’ Anese, y lo más grave, es que ese es el testigo que sigue defendiendo la actual Fiscalía General, aunque usted no lo crea. Le pregunto a la dama Berenice Smith, Fiscal de Probidad, Transparencia y Anticorrupción, ¿Sí este proceder de Dall’ Anese y ahora de sus actuales colegas del Ministerio Público, no atropellan la ética y el comportamiento profesional que deben guardar? pues su función a la luz de la más estricta ética, debe cubrir tanto los intereses en este caso del Estado, como los del expresidente Rodríguez, lo contrario es una aberración de la justicia, es una malintencionada necedad.

Quiero terminar diciendo que hacer justicia no es condenar, es hacer justicia. Por lo tanto, no se vale y es una actitud deshonesta, maquiavélica, prepotente y teñida de prejuicios, pretender que la justicia solo es justa, cuando se envía a un ciudadano a la cárcel, cuando se hace de acuerdo a nuestro muy singular criterio. Cicerón decía que, “la justicia es reina y señora de todas las virtudes republicanas”. Lamentablemente en este caso del expresidente Rodríguez y en muchos otros como los ya citados aquí, esta reina y señora, ha sido convertida por la Fiscalía, en una especie de Lucrecia Borgia, que como la historia la señala, era de muy cuestionable reputación. 

*Periodista