El periódico Al Día informó el 22 de junio de 2007 que un grave error de la Fiscalía, la cual en casi un año no fue capaz de presentar con los requisitos de ley unos documentos probatorios que tenía en su poder, obligó a un juez a liberar a cuatro detenidos por traficar cocaína hacia Europa. Reproducimos la nota del mencionado diario:

 

 

 

Resolución del Juzgado Penal de Pococí

Sigue piñata en tribunales: dejan libres cuatro narcos


Estaban acusados de supuesto tráfico de coca oculta en plantas ornamentales


Rodolfo MARTíN
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Pococí, Limón. - Tres costarricenses y un colombiano, vinculados con una banda que, presuntamente, traficaba cocaína a Holanda escondida en plantas ornamentales, fueron excarcelados anteayer, al parecer, porque no se hizo la traducción al español de una prueba enviada por la policía de Holanda.

Fabián Barrantes, vocero del Poder Judicial, confirmó ayer que el documento no fue traducida, aspecto que habría tomado en cuenta el juez Ricardo Valverde.

Los costarricenses son de apellidos Solís, Salazar y Rodríguez; y, el colombiano, Urriago.

La resolución de Valverde surgió luego de analizar las evidencias recibidas en la audiencia preliminar.

Faltó la prueba

No hay prueba idónea y legal – plantea Valverde– para remitir a juicio a los encartados porque a casi 12 meses de su detención “no existe ningún dictamen o documento que determine que lo supuestamente enviado por éstos a Holanda sea efectivamente droga en su modalidad de cocaína o cualquier otra especie”.

Esa información, presuntamente, si consta en los informes remitidos por el cuerpo de Servicios Policiales de Holanda (KLPD), pero nunca fueron traducidos del neerlandés al español.

Valverde establece que, “en términos de legalidad procesal, esa información o probanza —al no estar traducida– no ha sido incorporada al proceso y por lo tanto no es posible aseverar que efectivamente lo decomisado en dicho país es la referida droga”.

“Los defensores, desde que escuchamos sobre la prueba holandesa y, cada vez que pedíamos revisar las medidas cautelares de nuestros defendidos, solicitamos su traducción, pero siempre se nos dijo que el ministerio Público estaba por hacerlo”, explicó ayer Roy Chin Leitón, abogado de Urriago.

El artículo 76 de la Constitución Política establece, agregó, que nuestro idioma es el español.

El artículo 130 del Código Procesal Penal, añadió, consigna que los procedimientos son en español y, si no hay la traducción, se viola el derecho de defensa.

El fallo causó malestar tanto en la Fiscalía como en la Policía.

La noticia de la liberación trascendió un día después de que el Juez Penal de Osa excarceló a cuatro colombianos, cuatro costarricenses y un nicaragüense detenidos el lunes en Sierpe y Palmar Sur, tras decomisar 826 kilos de cocaína. El juez consideró que era suficiente el impedimento de salida, firmar cada 15 días y no visitar Sierpe ni hablar con los testigos.

Faltó prueba

El juez, en su resolución, acoge, sin duda, los principios de legalidad y reafirma el concepto del derecho de defensa”.

Fabián Barrantes, Vocero judicial.

La traducción está en proceso. La Fiscalía analiza la posibilidad de estimar como delictiva la actuación del juez”.

Contacto en Rotterdam

Los ticos de apellidos Castro, Solís, Salazar, Rodríguez y un colombiano, Urriago, cayeron el 26 de junio del año pasado durante varios operativo de la Policía de Control de Drogas (PCD) en Heredia, Moravia y Guácimo, se informó.

El 31 de mayo, en una finca de La Perla, en Guácimo, los acusados cargaron en un contenedor, supuestamente, macetas con plantas tropicales. El contenedor llegó el 1 de junio a los patios de la aduana de Limón y, luego, puesto en el barco “Río Rapel”, según las pesquisas.

A las 12:45 p.m. del 3 de junio, el buque zarpó al puerto de Rotterdam, Holanda.

Castro aparecía como exportador y la empresa, “Extention BV”, la destinataria de 540 plantas tropicales. El barco arribó el 23 de junio. Ese día, el Cuerpo de Servicios Policiales de Holanda inspeccionó el contenedor y halló 326 kilos de cocaína. Tres días más tarde, se efectuaron los allanamientos en nuestro país.

El grupo había comenzado operaciones el 3 de noviembre del 2005.

A Castro, Solís, Salazar, Rodríguez y al colombiano Urriago, integrantes de una organización internacional, les concernía recibir la coca de Colombia donde los “patrones” eran de apellidos Aterthúa y Medina. Además de proveer la droga, al parecer, financiaban la operación mediante otro colombiano de apellido Luna, el enlace con Castro, el líder del grupo tico, y quien delegaba en Solís. En Holanda, el contacto era de apellido Wielink.

Medidas cautelares

Castro, el quinto acusado, fue excarcelado con otra medida cautelar. La opción del sobreseimiento quedará por resolverse más adelante, porque su abogado no llegó a la audiencia preliminar.